jueves, 4 de febrero de 2010

Prisas y momentos


Vivimos en un mundo donde apenas nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. Prisas y más prisas, sin detenernos a observar las pequeñas cosas que pueden hacer especial un día, un momento.

En Madrid (o Madriz) viven así. Las distancias y los tiempos son completamente distintos para ellos. Trenes y metros para conseguir llegar al lugar de trabajo, la mayoría de las veces a más de una hora de recorrido. Y mientras yo me desespero, ellos, acostumbrados, no hacen caso a nada ni a nadie.

Empujones y prisas, muchas prisas. A todas horas puedes ver a gente corriendo de un lado para otro, algunos puede ser que hasta sin dirección. Y yo no sé si seguir corriendo como ellos o pararme a disfrutar de un amanecer ignorado y olvidado para la mayoría.

Acostumbrarse y entretenerme en los tiempos "muertos" para leer, escuchar música o como ahora, para escribir. No queda otra. Sin embargo, cuando tenga un momento, miraré por la ventana para ver cómo sale el sol, simplemente disfrutar de los momentos y de las pequeñas cosas.